Durante una sesión de la Cámara de Senadores, Núñez sostuvo, incluso con la proyección de fotografías, que la situación actual es favorable para todos.
Según sus declaraciones, al hablar con la gente “en el interior, en la calle”, perciben que todos están “absolutamente satisfechos” con la realidad, sin carencias en salud, educación o problemas económicos. Para el presidente del Congreso, no hay motivos actuales para protestar.
Ante estas declaraciones, la oposición reaccionó con indignación, acusando a los “cartistas” de hipocresía por presentarse como defensores del derecho a la manifestación mientras despliegan “prácticas sucias”.
En la sesión, denunciaron la campaña de carteles de “Efraín vuelve” como un intento de desviar la atención. Además, acusaron al oficialismo de amenazar a propietarios de colectivos para que no alquilen sus vehículos a manifestantes y de implementar controles más rigurosos en las rutas para impedir que lleguen a la capital.
Por su parte, “Bachi” Núñez intentó contrarrestar la idea de malestar social mencionando logros como que “un millón de niños tengan ahora un lugar para comer”. Sin embargo, también reconoció problemáticas existentes como la alta mortalidad neonatal y los tres accidentes de tránsito diarios que generan un costo significativo para la Salud.