La crioterapia, una técnica que consiste en el uso del frío extremo para fines terapéuticos, ha ganado popularidad en la medicina deportiva y el bienestar general. Este tratamiento, también conocido como “terapia de frío”, se basa en la aplicación de temperaturas bajas en zonas específicas o en el cuerpo entero, con el fin de reducir la inflamación, aliviar el dolor y mejorar la recuperación muscular.
En el ámbito deportivo, la crioterapia se ha convertido en un método destacado para la recuperación de atletas de alto rendimiento. Un estudio de The Journal of Athletic Training señala que el frío ayuda a reducir el dolor post-ejercicio y la inflamación en los músculos debido a la vasoconstricción que se produce, la cual disminuye el flujo sanguíneo temporalmente y reduce la acumulación de líquido en los tejidos dañadoso, atletas de élite y equipos profesionales han adoptado la crioterapia como parte de sus rutinas de recuperación para minimizar el tiempo de recuperación entre competiciones o entrenamientos intensos.
La popularidad de la crioterapia no se limita solo al deporte. Según un informe de Harvard Health Publishing, esta terapia también se ha aplicado en tratamientos estéticos y de bienestar general. Algunas personas acuden a sesiones de crioterapia con el objetivo de mejorar el estado de ánimo y promover una sensación de rejuvenecimiento. Además, el frío extremo estimula la liberación de endorfinas y noradrenalina, lo cual produce una sensación de euforia y mejora la circulación sanguínea.
No obstante, expertos advierten que la crioterapia no es un tratamiento universal ni apto para todas las personas. La Mayo Clinic recomienda precaución, especialmente para quienes tienen problemas cardíacos, presión arterial alta o condiciones vasculares, ya que el frío extremo puede desencadenar respuestas adversas en personas vulnerables.
Mirá el informe de “Vive la vida":