Todos los días, en las calles de las zonas urbanas de los Estados Unidos se libra una guerra. Una guerra entre residentes, traficantes de droga y los que han jurado proteger a unos de los otros. Esta guerra tiene sus víctimas y sus verdugos, y una de sus figuras más importantes es el sargento Alonzo Harris, un agente de narcóticos con 13 años de experiencia cuyos discutibles métodos hacen difusa la línea entre la legalidad y la corrupción.