El verano puede ser una época maravillosa, pero para los gatos también trae consigo riesgos de salud específicos. El calor, la humedad y el aumento de insectos pueden predisponer a los felinos a ciertas enfermedades. A continuación, se describen las más comunes durante esta temporada.
Golpe de calor
Los gatos son sensibles a las altas temperaturas, especialmente aquellos de razas braquicéfalas como los persas. Un ambiente demasiado caluroso puede provocar un golpe de calor, caracterizado por jadeos excesivos, letargo, vómitos y, en casos graves, pérdida de conciencia. Es crucial mantenerlos hidratados y en lugares frescos.
Parasitosis
Pulgas, garrapatas y ácaros aumentan en verano, lo que incrementa el riesgo de infestaciones. Las pulgas pueden causar dermatitis alérgica, mientras que las garrapatas transmiten enfermedades como la hemo bartonelosis. Usar tratamientos antiparasitarios es fundamental.
Infecciones gastrointestinales
El calor favorece el deterioro de alimentos y agua, lo que puede llevar a infecciones intestinales. Los síntomas incluyen vómitos, diarrea y pérdida de apetito. Asegúrate de cambiar el agua con frecuencia y evitar que coman alimentos en mal estado.
Enfermedades respiratorias
El verano también trae consigo cambios bruscos de temperatura debido al uso de aires acondicionados, que pueden desencadenar problemas respiratorios en gatos sensibles.
Conjuntivitis y quemaduras solares
La exposición prolongada al sol puede causar quemaduras solares, especialmente en gatos de pelaje claro. Además, el polvo y la sequedad pueden irritar sus ojos, generando conjuntivitis.
Cuidar a los gatos en verano Consultar al veterinario ante cualquier sospecha garantizará su bienestar durante los meses más cálidos.