Con la llegada del verano y el aumento de las actividades al aire libre, también se incrementa la exposición a factores que pueden afectar la salud. A continuación, algunas de las enfermedades más comunes en esta temporada y consejos para prevenirlas.
Golpe de calor: El golpe de calor es una de las afecciones más peligrosas en verano. Ocurre cuando el cuerpo pierde la capacidad de regular su temperatura debido al calor excesivo. Los síntomas incluyen sudoración excesiva, mareos, fatiga, y en casos graves, pérdida de consciencia. Para prevenirlo, es esencial mantenerse bien hidratado, evitar la exposición directa al sol en las horas más calurosas y usar ropa ligera.
Infecciones gastrointestinales: Las altas temperaturas favorecen el crecimiento de bacterias en los alimentos, lo que aumenta el riesgo de intoxicaciones alimentarias. Los síntomas suelen ser diarrea, vómitos y malestar estomacal. Es importante mantener una higiene adecuada, lavar las manos frecuentemente y asegurarse de que los alimentos estén bien cocidos y conservados a la temperatura adecuada.
Infecciones de la piel: Las piscinas y el contacto prolongado con el agua aumentan la probabilidad de infecciones cutáneas como hongos y dermatitis. Las personas que pasan mucho tiempo en agua contaminada o no toman precauciones al secarse adecuadamente pueden presentar irritación o infecciones en la piel. Usar ropa de baño limpia y secarse completamente después de nadar ayuda a evitar estos problemas.
Picaduras de insectos: Los insectos, como mosquitos y garrapatas, son más comunes en verano y pueden transmitir enfermedades como el dengue o el zika. Usar repelente de insectos y vestir ropa de manga larga al aire libre puede reducir las picaduras.