Los manifestantes buscaban recordar el asesinato del joven político en medio de una crisis política y rendir homenaje a las víctimas del 31M. Su intención era llevar libros y el expediente judicial de Rodrigo Quintana al Museo de la Memoria y Archivo del Terror.
Sin embargo, encontraron una fuerte barrera policial que les impidió avanzar más allá de las escaleras de la explanada. En un confuso episodio, la policía comenzó a empujar a los participantes, provocando la caída de cuatro personas por las escaleras, una de ellas con una grave lesión en el tobillo.
Los manifestantes expresaron su frustración por la obstrucción en la causa judicial y la falta de participación de los familiares. Anunciaron su intención de llevar el caso a la Corte Interamericana de Derechos Humanos. Asimismo, solicitaron que el tribunal encargado del juicio oral autorice la difusión del proceso a través de las redes sociales.
Marlene Oru, en representación de uno de los grupos afectados, afirmó que a pesar de la falta de justicia, mantendrán la memoria viva y continuarán la lucha.