Es la obra de Laurent Bernadac, ingeniero y músico que decidió renovar la categoría con una especie de “esqueleto”, como un fantasma de un violín, como se atrevieron a definirlo en Wired. Tiene un peso optimizado, y el sonido es digital, por lo que es quizá injusto llamarlo violín, seguramente tendríamos que buscar un nombre específico para él.

El objetivo del diseño era eliminar el exceso de peso y optimizar la reproducción del sonido, algo que funcionó perfectamente con el prototipo del vídeo, fabricado con resina.

El 3Dvarius, presentado en 3d-varius.com, es solo un ejemplo de cómo la impresión 3D puede afectar al mundo de la música, cómo será posible crear instrumentos “únicos”, que necesiten bautizarse, que se adapten al músico, a la necesidad del momento, al tipo exacto de sonido que queremos que se produzca.

En su web podes ver más vídeos mostrando el proceso de producción, desde el diseño en papel a la impresión propiamente dicha, así como el proceso posterior que debe realizarse para crear una pieza perfecta.