25 de octubre de 2015
El papa Francisco dijo ayer que el primer deber de la Iglesia Católica “no es distribuir condenas o anatemas sino proclamar la misericordia de Dios”, al final del Sínodo de la Familia celebrado en el Vaticano.
El pontífice señaló que la labor de la Iglesia debe ser “conducir a todos los hombres a la salvación del Señor” y agregó que “los verdaderos defensores de la doctrina no son los que defienden la letra sino el espíritu”.
Dijo que apoyan la doctrina de la Iglesia quienes defienden no las ideas, sino el hombre; no las fórmulas, sino la gratuidad del amor de Dios y de su perdón. “Esto no significa en modo alguno disminuir la importancia de las fórmulas, de las leyes y de los mandamientos divinos, sino exaltar la grandeza del verdadero Dios que no nos trata según nuestros méritos, ni tampoco conforme a nuestras obras, sino únicamente según la generosidad sin límites de su misericordia”, añadió el papa.
No a la discriminación. El documento final del Sínodo sobre la Familia, cuyos 94 puntos fueron aprobados en su totalidad por una mayoría de dos tercios, pide evitar injustas discriminaciones a homosexuales.
El tema del acercamiento de la Iglesia a los homosexuales queda recogido en un punto, en el que se explica que “cada persona, independientemente de su propia tendencia sexual, tiene que ser respetada en su dignidad, y acogida con respeto, con el cuidado de evitar cualquier marca de injusta discriminación”.
El resto de ese apartado pide atención de la Iglesia para “acompañar a las familias con un miembro homosexual”.
Esta es la única referencia a la acogida de homosexuales por parte de la Iglesia Católica en este texto, en el que también se reitera que “no existe algún fundamento para asimilar o establecer analogías, ni siquiera remotas, entre las uniones homosexuales y el diseño de Dios sobre el matrimonio y la familia”.
También en este punto, que recibió 221 votos a favor y 37 contrarios, se explica que se considera “inaceptable” que las Iglesias locales sufran “presiones en esta materia por parte de organismos internacionales que condicionan las ayudas financieras a países pobres a la introducción de leyes que incluyan el matrimonio entre personas del mismo sexo”.
Por ello, solo habría una cita a la no discriminación, pero sí a la atención a las familias con un miembro homosexual.
Fuente: EFE