Esta perrita encontró un hogar y desde entonces no puede parar de sonreír

19 de febrero de 2016

Pero no siempre fue tan feliz.

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Kinta es una adorable perrita de raza Shiba Inu. Sus primeros meses de vida no fueron fáciles, pero su suerte cambió cuando una enfermera de Oklahoma, EE.UU. Michelle Proctor, la adoptó y le entregó todo el amor que nunca había tenido. Esto la hizo tan feliz, que desde entonces Kinta no ha dejado de sonreír, mostrando siempre su alegría y agradecimiento hacia la familia que la salvó.

Kinta no fue siempre tan feliz

Durante el verano del año 2010, Michelle vio que un animal se recostaba sobre el auto de su vecino. En un principio pensó que era un gato, y luego se dio cuenta de que era una pequeña perrita de color crema, que nadie sabe cómo llegó hasta el techo del auto.

Proctor señaló que durante los primeros días recorrió la ciudad para ver si Kinta pertenecía a otro hogar, e incluso publicó un anuncio en Facebook pero nadie la reclamó.

Kinta se convirtió en un miembro de la familia

Ya tiene entre 7 y 8 años, y su actividad favorita es sonreír.  

“Solía hacer esa cara cuando se sentía culpable de comerse nuestra comida de la mesa. Pero empezábamos a abrazarla porque era muy adorable. Así que con el tiempo se dio cuenta de que hacer esa cara significaba que la abrazaríamos y le daríamos amor. Es una profesional en el tema, y ahora lo hace mayormente cuando está feliz de vernos.” Michelle Proctor a The Dodo.

A Kinta le gusta la atención, el queso, los cariños, ir a casa de la abuela y proteger su barrio

Algo que no le gusta son los buses escolares, además de los chicos que cortan el césped. Pero sigue siendo un animal feliz.

Fuente: upsocl.com

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