Cristina Kirchner no asistirá a la cumbre del G20 en Australia. El último parte médico difundido anoche por la Casa Rosada indica que continuará internada por el momento en el Sanatorio Otamendi, y que una vez que se le dé el alta, deberá mantener reposo por al menos diez días.

Así, la presencia de la Presidenta en la cumbre del G20 en Brisbane quedó descartada ya que ésta tendrá lugar el sábado 15 y domingo 16 próximos. Al difundir el nuevo parte médico anoche en la Sala de Periodistas de la Casa de Gobierno, el secretario de Comunicación, Alfredo Scoccimarro, informó que la delegación argentina al G20 estará encabezada por el ministro de Economía, Axel Kicillof, acompañado por el canciller Héctor Timerman.

No hubo precisión sobre cuándo se le dará el alta de internación a la Presidenta. Pero el nuevo parte confirmó lo que circulaba desde más temprano en los principales despachos de la Rosada: que no iría al G20 y además que estaría fuera de la actividad por lo menos durante dos largas semanas más. Ya a comienzos de semana, fuentes con acceso a Olivos confiaron a Clarín que la recuperación, si bien estaba bien encaminada, era “lenta”.

El comunicado firmado por los médicos presidenciales Marcelo Ballesteros y Daniel Fernández señaló que la Presidenta “cursa el tercer día de internación por un cuadro de sigmoiditis”, y “se encuentra estable, cumpliendo tratamiento sintomático y con antibióticos por vía endovenosa”.

“Continúa internada para completar tratamiento y con control evolutivo”, agregó. Y el último párrafo fue el que indicó que “posterior al alta de internación, que se otorgará oportunamente”, deberá mantener reposo en la residencia presidencial de Olivos, “contraindicándose la realización de desplazamientos, inicialmente y como mínimo, por diez días”.

La Presidenta tenía como plazo máximo de espera para partir y llegar a tiempo a Australia el próximo jueves. Pero ya había dudas en las últimas horas porque el viaje es muy extenso -más de 12 horas- y la presurización de la cabina es perjudicial para el cuadro que padece. Así, la contraindicación médica fue determinante para cancelar un compromiso muy esperado y que seguramente Cristina Kirchner lamentó no poder ir.

Es que la Presidenta tenía toda la voluntad de asistir al G20. Tenía en agenda una cita con su par brasileña Dilma Rousseff y también tenía expectativas de cruzarse con Barack Obama, al que recientemente instó a “trabajar juntos” en la cuestión de los fondos buitres. Fue en la reciente y explosiva misiva que le envió para manifestar el desagrado por el cargo oficial en Washington que ocupa Nancy Sonderberg.

Fuente: clarin.com