La adicción a los videojuegos será incluida en la lista de trastorno mental

26 de diciembre de 2017

La agencia sanitaria de la ONU reconocerá, por primera vez, que este tipo de trastornos obsesivos puden tener graves consecuencias en la salud mental.

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La Organización Mundial de la Salud (OMS) elevará, el próximo año, la adicción a los videojuegos a la categoría de problema mental y lo incluirá en la Clasificación Internacional de Enfermedades. Aunque no existe unanimidad en la comunidad científica sobre las consecuencias que tiene.

La última actualización de esta lista de enfermedades fue en 1990. En la próxima edición, la agencia sanitaria de la ONU reconocerá, por primera vez, que este tipo de trastornos obsesivos puden tener graves consecuencias en la salud mental, sobre todo en los jóvenes, y constituye una amenaza para la salud pública.

Para que los videojuegos sean considerados como un problema mental por la OMS, estos tienen que tener un carácter prioritario en la vida del usuario e influir negativamente en su comportamiento generando una conducta nociva donde la frecuencia, la intensidad, la duración y la prioridad se concede a las sesiones de videojuego.

Debido a esta actividad, la persona afectada por este tipo de problema de adicción tiene que llegar a perder el control y mantener en el tiempo esta conducta obsesiva que puede ocasionarle desórdenes psicológicos y comportamentales y llegar a convertirse en un verdadero problema de salud mental. 

Los expertos afirmaron entonces que sería más adecuado hablar de práctica excesiva en lugar de adicción y precisaron que eran necesario más estudios antes de llegar a considerar a estos trastornos causados por los videojuegos como un problema mental de adicción en adultos, niños o adolescentes.

En la Clasificación de Enfermedades de la OMS está previsto incluir sólo una descripción clínica de este tipo de desorden y no se hará ninguna recomendación para prevenirlos. Tampoco se incluirán posibles tratamientos médicos para combatir este problema del comportamiento.

El borrador manejado actualmente por la OMS indica que, para que sea considerado problema mental, el comportamiento respecto al juego tiene que ser recurrente y deteriorar el entorno personal, familiar y social del usuario durante al menos un periodo de un año aunque, si los trastornos son graves, este plazo podría acortarse.

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