Al realizar una llamada o conectarse a internet, el celular envía y recibe poderosas señales inalámbricas en toda dirección buscando un punto de acceso a la red. Pero gracias a los planes de datos, nuestros equipos emiten este tipo de señales (y radiación) constantemente. Desde nuestros bolsillos, mientras vemos un video, realizando una llamada o incluso junto a nuestras cabezas al dejarlo a un lado de nuestras camas.

Algunos de los daños que pueden producir, que varían desde pequeñas molestias hasta grandes riesgos de salud, son los siguientes:

• Riesgo elevado del desarrollo de cáncer (especialmente, cerebral)
• Creación de tumores en nervio acústico y en glándulas salivales
• Efectividad reducida de los espermatozoides / esterilidad
• Dolores de cabeza / migraña constante
• Problemas de sueño
• Fatiga constante
• Reducción en capacidades cognitivas (aprendizaje y comprensión reducida, pérdida de memoria, atención o audición)

Lamentablemente, eliminar totalmente el uso de tus dispositivos es virtualmente imposible. Lo mejor que podemos hacer es reducir su uso lo más posible, y tratar de mantener una distancia razonable de estos smartphones.

Apaga tus datos de vez en cuando, y cuando lo hagas mantén el celular a una buena distancia de tu cuerpo, y quítate los “manos libres” cuando no estés realizando una llamada. Si tienes audífonos inalámbricos, trata de no usarlos en exceso.