17 años de los atentados a las Torres Gemelas en Nueva York

11 de septiembre de 2018

Este martes se cumple el decimoséptimo aniversario de los atentados del 11 de septiembre de 2001. Ese día, cuatro aviones de pasajeros fueron capturados por terroristas islamistas.

Compartir

El 11 de septiembre de 2001 se produjo uno de los atentados terroristas más grandes que el mundo haya visto: el ataque a las Torres Gemelas, componente del World Trade Center de la ciudad de Nueva York, Estados Unidos, que dejó saldo de más de 3000 muertes, 6000 heridos e innumerables desaparecidos.

Alrededor de las nueve de la mañana de aquel undécimo día del mes de septiembre, se escuchó una explosión en el sur de la isla de Manhattan. Era un Boeing 767 comercial de American Airlines, el cual había sido secuestrado por integrantes del grupo terrorista “Al Qaeda” y se estrelló en una de las denominadas “Torres Gemelas”, específicamente la norte.

El drama no se hizo esperar. En los medios de comunicación locales comenzaron a relacionarlo con un accidente, similar al que había ocurrido en 1947, cuando un bombardero B-26 se estrelló (accidentalmente) contra el Empire State. La gente en las calles comenzó a correr al apreciar la nube de fuego y, posteriormente, de humo, que empezaba a salir de aquel emblemático edificio.

18 minutos más tarde, se disiparon las dudas sobre el supuesto accidente, cuando se observó otro avión impactando a la torre sur del World Trade Center, mientras bomberos, policías y rescatistas, intentaban salvaguardar las vidas de las personas afectadas por el primer choque.

 

Se derrumban las Torres

A las 10:05 de la mañana, la Torre Sur del World Trade Center se derrumbó estrepitosamente, quebrando la moral del mundo entero, que presenciaba las imágenes totalmente en vivo, y entristeciendo a miles de familias que rezaban para que los suyos no estuvieran en el lugar.

Como si fuera poco para los neoyorquinos de aquel día gris, a las 10:38 am se derrumba la Torre Norte, mientras todavía personal de los bomberos y la policía, realizaban labores de rescate y desalojo del edificio.

El caos, la tragedia, el drama, la desesperación, la impotencia, la tristeza y eventualmente la rabia, no tardaron en decir presente entre los neoyorquinos que observaban cómo se destruía uno de los símbolos más representativos de la ciudad de Nueva York y del mundo.

El ataque no sólo representaba una tragedia y una situación dolorosa para Nueva York, Estados Unidos y para el mundo entero -que pudo ver lo acontecido a través de una cadena internacional en vivo-, sino para la moral de sus habitantes que presenciaron lo antes inimaginable: cómo el terrorismo había causado estragos en la sociedad norteamericana.

Ese mismo día se estrellaron dos aviones más: uno contra el Pentágono, el símbolo de la “invulnerabilidad” de Estados Unidos, y otro en un campo cerca de Pittsburgh, con rumbo, según versiones extraoficiales, a la Casa Blanca o el Capitolio.

Compartir

Más notas: