El 60% de la población de animales salvajes del planeta, disminuyó en 44 años

31 de octubre de 2018

Las poblaciones de vertebrados salvajes, como mamíferos, pájaros, peces, reptiles o anfibios, se redujeron un 60% entre 1970 y 2014 por la presión del hombre, anunció el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) en un informe cada año más inquietante. La región más afectada por la pérdida de ejemplares fue América Latina y el Caribe, […]

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Las poblaciones de vertebrados salvajes, como mamíferos, pájaros, peces, reptiles o anfibios, se redujeron un 60% entre 1970 y 2014 por la presión del hombre, anunció el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) en un informe cada año más inquietante.

La región más afectada por la pérdida de ejemplares fue América Latina y el Caribe, donde la biodiversidad se derrumbó y cayó 89%.

"Preservar la naturaleza no es solo proteger a los tigres, pandas, ballenas, que apreciamos", subrayó el director del WWF, Marco Lambertini.

"Es mucho más: no puede haber un futuro sano y próspero para los hombres en un planeta con el clima desestabilizado, los océanos agotados, los suelos degradados y los bosques vacíos, un planeta despojado de su biodiversidad", agregó.

Zonas afectadas

La zona Caribe/América del Sur muestra un balance "aterrador": 89% menos de animales en 44 años.

América del Norte y Groenlandia salen mejor paradas, con una fauna en -23%. La amplia zona de Europa, Norte de África y Medio Oriente presenta -31%.

La primera explicación sería la pérdida de los hábitats, debido a la agricultura intensiva, la extracción minera o la urbanización, que llevan a la deforestación, al agotamiento o la artificialización de los suelos.

En Brasil, que acaba de elegir a un presidente cuyo programa no habla ni de la deforestación ni del calentamiento global, la selva amazónica se reduce cada vez más, como la sabana de la región del Cerrado, a favor de la soja y la ganadería.

A nivel mundial, solo el 25% de los suelos quedan exentos de la huella del hombre. En 2050 solo será el 10%, según los científicos del IPBES (el "IPCC de la biodiversidad").

A esto se añade la sobrepesca, la caza furtiva, la contaminación, las especies invasoras, las enfermedades o el cambio climático.

"La desaparición del capital natural es un problema ético, tiene también consecuencias en nuestro desarrollo, nuestros empleos, y empezamos a verlo", señaló Pascal Canfin, director general de WWF Francia.

 

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