Algunas señales de que tu relación está pasando por infidelidad

23 de mayo de 2019

Cuando una infidelidad se descubre, es frecuente preguntarse sobre el tiempo que lleva ocurriendo o el momento denotante que la originó.

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Para la psicóloga Dra. Kelly Campbell —terapeuta experta en parejas y profesora de la Universidad Estatal de California— hay señales tempranas que muchos pacientes de su consultorio han subestimado.

A continuación las cinco más frecuentes. Detectarlas antes de que la situación llegue más lejos, puede ser clave para determinar nuevos acuerdos en la relación, una separación sana e incluso ahorrar múltiples momentos desagradables en el futuro:

Hay más complacencia de lo normal

Si tu pareja está más atenta que de costumbre puede ser una señal temprana de culpa, y por lo tanto de que hay alguien más que le guste (aun si el affair no se ha concretado). Campbell apunta a la respuesta "protectora" de quien está considerando una aventura o una nueva relación.

«El infiel siempre es retratado en medios como un total descarado, con una personalidad cínica a la que nada le preocupa. Pocas veces sucede en las parejas consolidadas, es más probable que la carga de consciencia se manifieste y se intente redoblar esfuerzos para hacer sentir bien al afectado: colaborar más en casa, pasar más tiempo con los niños, preparar una cena espectacular de la nada, etc.».

La psicología del culpable lo obliga a quedar bien ante su pareja actual para minimizar (según su propio criterio) el golpe que se avecina.

Los estados en redes sociales contradicen la "realidad"

Los mensajes de redes sociales plantean exponer la mejor cara del usuario, además se han convertido en un medio imprescindible para conocer personas nuevas (guiño, guiño). Es una mecánica sencilla: si tu pareja afirma de viva voz que está cansado, pero un post sugiere que saldrá a dar una vuelta, es evidente que te quiere fuera de sus planes.

Las ubicaciones pueden ser un gran delator también, no es necesario que tu pareja haga check in en un lugar inusual, a veces la ubicación automática de los dispositivos móviles se encarga de revelar la verdad de lo que te dijo por teléfono.

La ansiedad ataca cuando están juntos

Por alguna razón se percibe incomodidad entre ambos cuando están a solas: ya no encuentran de qué charlar, sus intereses han cambiado radicalmente y ya sólo se hablan para ver asuntos cotidianos de la casa o los hijos (si los hay).

De pronto puedes notar que tu pareja ya no quiere acompañarte a ver esa película que tanto les gusta o rehuye de su restaurante predilecto de toda la vida. Campbell afirma que es un común denominador de un infiel que está a punto de dar la cara.

«Ya no desea reforzar vínculos con su actual pareja. Habrá unos muy sólidos e inquebrantables (como los hijos) y eso les causa pesar. Inconscientemente desean que todo acabe lo más pronto posible y prefieren evitar a la pareja para "empezar de cero" con su nuevo interés romántico».

No hacen contacto visual

Muy relacionado al punto anterior. La culpa o el temor a las revelaciones con consecuencias permanentes, recaen en el principal recurso del lenguaje corporal: la mirada. La terapeuta Kelly Campbell explica que este es el primer "síntoma" de infidelidad.

«La mirada evasiva es indispensable en todo aquel que tenga una relación oculta, pero también en la pareja afectada. De alguna forma ambos presienten lo que pasa y temen las represalias».

Ya NO son un equipo

El apoyo de tu pareja se ha ido casi por completo. Una cruda sensación de "soltería incompleta" invade tu perspectiva, según lo intuye la propia Campbell.

«En este punto ya casi no se ven y la mayor parte de sus actividades recreativas las hacen por separado. Cabe la posibilidad de que incluso peleen al no coincidir en lo usual, quizás en algo tan simple como la compra de despensa o en el programa de televisión que desean ver».

Las relaciones saludables descansan en la responsabilidad y compromiso de ambos miembros de la pareja, pero llega un punto en que las penas individuales ya no pueden ser compartidas.

Kelly Campbell recomienda hablar claro desde la primer sospecha. No se trata de iniciar un interrogatorio, sino de ahondar en el estado de la relación, definir nuevas prioridades y descubrir si las metas a largo plazo aún son las mismas.

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