2 de diciembre de 2019
Ir a la hermosa ciudad de Caacupé es un sentimiento, es la muestra más completa de la devoción y la fe de la mayoría de los paraguayos, quienes cada año llegan hasta la capital espiritual del Paraguay celebrando la fiesta patronal en honor a la Virgen Azul de Caacupé.
Esta encantadora ciudad, durante los primeros días de diciembre, acapara la atención de todo el país. Cada 8 de diciembre cuando se celebra el día de la Virgen, miles de paraguayos y devotos van peregrinando desde distintos puntos para visitarla, honrarla, agradecer y cumplir promesas.
#CaacupéPy2019 Don Antonio Riveros llegó desde la ciudad de Villa Elisa hasta la Basílica de Caacupé en compañía de su familia, con una ofrenda en agradecimiento a la Virgen Azul por haberlo sanado del cáncer, según comentó. https://t.co/3G1LdEpP96 #TelefuturoPy #DiaADiaPy
— Telefuturo Informa (@TelefuturoInfo) November 28, 2019
Es tan grande la devoción de los paraguayos por la Virgen que muchos llegan arrodillados, otros caminan varios kilómetros, van en bicicleta, con vestimentas similares a la de la Virgencita Azul, en grupo o solos, todos movidos por la fe.
La fiesta católica inicia 9 días antes y desde el primer día reúne a una gran cantidad de fieles, pero no sólo promeseros, están también quienes lo hacen para reafirmar su compromiso de cristiandad y catolicidad año tras año, lo que convierte a la conmemoración en un acto multitudinario de religiosidad popular, que forma parte de la identidad de la mayor parte de la población paraguaya.
¿Cómo iniciaron las peregrinaciones?
Según la historia, todo comenzó con el indio José quien talló la imagen de la Virgen como agradecimiento a un milagro que le concedió. Posteriormente la colocó en un lugar y los indígenas comenzaron a peregrinar en masa hasta el sitio donde se encontraba.
Desde ese tiempo, miles de paraguayos y extranjeros visitan a la Virgen, que es considerada como la Protectora de la República del Paraguay.