24 de noviembre de 2014
El hecho registrado en la ciudad de Rosario de la provincia de Santa Fe, Argentina ocurridó cuando la víctima se encontraba en el balcón de la casa de su mamá, mientras que en la calle, dos ladrones asaltaron a un vecino. Él les advirtió que iba a llamar a la Policía y en ese momento le pegaron un balazo en el cuello.
Un asalto ocurrido el sábado por la noche en el sur del macrocentro de Rosario tuvo un inesperado y terrible final cuando Francisco Orlando Calvano de 53 años, murió al recibir un balazo.
La particularidad del caso es que no se trataba de uno de los ladrones ni de su víctima, sino de un testigo que quiso disuadir a los asaltantes. Alertados por el aviso de que iba a llamar a la Policía, los delincuentes dispararon al aire antes de huir y el proyectil alcanzó al vecino que les gritaba, quien cayó herido de muerte en el balcón de la casa de su madre. Horas después, uno de los sospechosos fue detenido a pocas cuadras del lugar.
"Si le hubieran tirado con un arma de mayor calibre, la bala lo habría traspasado y anoche (por el sábado) ya le habríamos tomado declaración después de que le hicieran las curaciones", se lamentaba ayer uno de los investigadores al reconstruir los detalles del episodio. Tras intervenir para tratar de frustrar el robo, Francisco Orlando Calvano recibió un disparo muy cerca del cuello. La hipótesis preliminar sobre el asesinato sostiene que el arma homicida era una pistola calibre 22 o similar, cuyo proyectil se desvió al ingresar por el hombro y mató en forma casi instantánea a la víctima.
La tragedia se desencadenó poco después de las 20:30hs del sábado, mientras cientos de rosarinos aprovechaban la noche fresca para salir a copar parte de la avenida Pellegrini y disfrutar de la Fiesta de la Cerveza. A doce cuadras de allí, Juan N. llegaba a bordo de un Renault Clio a un garage ubicado en Virasoro al 1500.
Cuando salía por el portón de la cochera, dos jóvenes que estaban escondidos detrás de un árbol se acercaron y lo encañonaron. Después de quitarle la billetera y otras pertenencias, los ladrones fueron a revisar el vehículo para ver si podían llevarse algún objeto de valor más.
Mientras esto ocurría, Calvano se asomó al balcón de la vivienda de su madre, a quien había ido a visitar anteanoche. Desde la planta alta del inmueble que está frente al garage pudo ver a los delincuentes cuando salían delante del hombre de 77 años.
Ante esta situación, el vecino comenzó a gritar para que se fueran. Entonces se produjo la detonación que algunos testigos recordaban ayer claramente, a pesar de la tristeza y la indignación que les generaba lo ocurrido. "Acá tenemos arrebatos así todos los días y los que nos roban son siempre los mismos", explicaba una de las mujeres que viven en el barrio Hospitales.
FUENTE: clarín.com