Una vivienda se derrumba en la zona del arroyo Mburicaó

19 de diciembre de 2014

Hilario Giménez dormía plácidamente cuando un ruido como el de una explosión lo sobresaltó e inmediatamente parte de su dormitorio cayó al barranco del arroyo Cará Cará.

Compartir

El herrero del barrio Santa Rosa, zona del Botánico, contó que sospechaba que esto iba a suceder luego de que el raudal se llevara el miércoles último más de 25 metros del muro que separaba a su vivienda del cauce. Perdió todo, dijo mientras señalaba su hombro izquierdo, donde le cayó una chapa; aunque pudo salvar –en la huida– sus herramientas de trabajo.

La tragedia pasó cerca esta vez de Hilario; aunque la experiencia fue una muestra del peligro que acecha a muchas personas que viven en los costados del arroyo Mburicaó.

A lo largo de dicho cauce existen varios puntos críticos: la zona del Colegio San Ignacio Loyola y el Callejón Histórico; las calles Teniente Añazco y Dr. Migone, detrás de la plaza España, según menciona el arquitecto Efrén Ginard, coordinador de fiscalización de la Municipalidad de Asunción.

La última lluvia socavó varios tramos del muro instalado hace diez años en la zona del barrio Santa Librada, cerca de Tte. Añazco. En ese sitio, incluso, la base de un puente peatonal se desfondó completamente. La empresa contratista, a contrarreloj, está recargando las zonas afectadas.

Los vecinos del lugar se encuentran preocupados ante el pronóstico de más lluvias para el fin de semana.

Evacuación

Al menos cinco familias ya abandonaron temporalmente sus viviendas ante el derrumbe del muro en las referidas zonas críticas.

Javier Giménez dejó su casa junto a su esposa tras la lluvia del miércoles pasado. Su vivienda de material presenta grietas y quedó al borde del barranco luego de que el fuerte raudal se llevara el muro que hace solo 20 días levantó una de las firmas contratadas por el Municipio capitalino. “Tienen que cavar por lo menos un metro para hacer la base del cimiento, pero levantan el muro sobre la base del anterior”, denunció el joven, que dijo haber participado hace siete años en la construcción de otra parte del paredón que se mantiene firme hasta hoy.

Pedro Agüero, otro lugareño, aseguró que los operarios mezclan arena “gorda” (colorada) con cemento para componer el talud. “La tierra colorada no es para piedra, tiene que ser cemento con arena lavada”, señala.

FUENTE: ÚH

Compartir

Más notas: