El Papa Francisco en Domingo de Ramos: El estilo del cristiano es la humildad

29 de marzo de 2015

La Plaza de San Pedro quedó desbordada de peregrinos que acudieron a celebrar el Domingo de Ramos en una mañana primaveral. Este día se conmemora la entrada de Jesús en Jerusalén a lomo de un burro mientras era aclamado por las gentes.

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El papa Francisco presidió este domingo la tradicional celebración litúrgica del Domingo de Ramos y la Pasión del Señor en la Plaza de San Pedro, donde bendijo palmas y ramas de olivo, y dijo que el estilo de los cristianos debe ser la humildad.

Miles de personas acudieron ante la Basílica de San Pedro, donde el Sumo Pontífice fue testigo de la procesión de las palmas e impartió su bendición en el primer gran acto de la Semana Santa, el que conmemora la entrada de Jesús en Jerusalén.

El Papa llegó a pie al lugar y se detuvo unos instantes ante el paso de la procesión, y se dirigió luego hacia el centro de la plaza, donde varios olivos adornaban el espacio situado al pie del obelisco, bajo el brillante sol romano.

Posteriormente, Francisco procedió a la bendición de las palmas y olivos, un acto tradicional con el que comienzan los propios de la Semana Santa y Pascua de Resurrección.

En la celebración de hoy domingo participaron jóvenes de Roma y de otras diócesis, con motivo de la celebración de la trigésima Jornada Mundial de la Juventud.

Después, el líder de la Iglesia católica se dirigió a la explanada situada ante la fachada principal de la Basílica de San Pedro para presidir la celebración de la Eucaristía.

En su homilía, dijo: "El estilo de los cristianos debe ser la humildad y el camino de Cristo no es el de la vanidad, el orgullo y el éxito".

"(La humildad) es un estilo que nunca dejará de sorprendernos y ponernos en crisis: nunca nos acostumbraremos a un Dios humilde", continuó con sus palabras.

En contraposición a ese estilo al que se refirió el Pontífice, puso el ejemplo de "otra vía, contraria al camino de Cristo: la mundanidad. La mundanidad nos ofrece el camino de la vanidad, del orgullo, del éxito".

Francisco consideró que esta otra vía "el maligno se la propuso también a Jesús durante 40 días en el desierto. Pero Jesús la rechazó sin dudarlo".

"También nosotros podemos vencer esta tentación, no solo en las grandes ocasiones, sino también en las circunstancias ordinarias de la vida", agregó.

El Papa elogió el ejemplo de mucho hombres y mujeres que, en silencio y sin hacerse ver, renuncian cada día a sí mismos para servir a los demás: un familiar enfermo, un anciano solo, una persona con discapacidad...

Francisco repasó en su homilía los momentos más importantes de los actos de la Semana Santa, como el desprecio de los jefes del pueblo por Jesús, la traición de Judas o los insultos de la gente.

La Iglesia católica conmemora por una semana los últimos días de la vida de Jesús y su muerte crucificado, así como su resurrección tres días después.

Al final de la celebración litúrgica, el Papa rezó el habitual Ángelus con los fieles congregados en la Plaza de San Pedro, aunque no desde el balcón del palacio apostólico sino desde el mismo lugar desde el que presidió la misa.

Francisco leyó un mensaje en el que recordó a las víctimas del avión de Germanwings que se estrelló esta semana en los Alpes franceses y pidió la intercesión de la Virgen María por las personas fallecidas, entre las que destacó a un grupo de estudiantes alemanes.

Antes de despedirse de los fieles, el papa Francisco les felicitó por la Semana Santa, de la que dijo que espera que vivan en contemplación del misterio de Jesucristo.

Fuente: La Nación Costa Rica

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