La decisión fue tomada por el gabinete de crisis instalado en la alcaldía de la ciudad de Santos, litoral del estado de Sao Paulo, en vistas a los trastornos causados por miles de camiones que están varados en la autopista Anchieta buscando llegar a las terminales portuarias.

Vecinos de la región denunciaron la mortandad de peces causados porque el agua utilizada para combatir las llamas regresaba, con polución, al mar.

Un incendio de grandes proporciones consume desde el 3 de abril de 2015, parte de un depósito de combustible en la ciudad brasileña de Santos, en el estado de São Paulo.