La brasileña Isabel Teixeira es la encargada de dar vida a María Bruaca, sufrida mujer casada con Tenório (Murilo Benício). En una entrevista con “TV Globo”, Isabel hizo referencia a su personaje y a la repercusión de la exitosa telenovela, que Telefuturo emite de lunes a viernes a las 21 horas.
“Todo es una combinación de factores. Primero, la telenovela es muy fuerte en su conjunto. Si me detengo a pensarlo, es un trabajo que tiene millones de capas: el reparto, la dirección, el vestuario, el maquillaje”, explicó. “Creo que nunca había hecho un trabajo tan colectivo como éste”, resaltó.
“El teatro, de donde vengo, también es muy colectivo, pero aquí estamos viviendo algo épico. Y luego, sí, está el hecho de que tiene mucha fuerza. Es un personaje clásico, en el sentido de que es atemporal. Hay fuerza en el texto y en la creación original de Ângela Leal (guionista), a quien también considero autora de María. Cuando leí el texto de esta versión, vi mucho de Ángela allí”, alegó.
“Fue un poco más de lo que esperaba y me he estado preguntando por qué. Y no solo a las mujeres les gusta. Entonces, creo que hay algo en este personaje que es el mecanismo del cambio. Y el cambio requiere movimiento Esto habla del deseo de movimiento que la gente siente hoy en Brasil. Es una combinación de factores”, sostuvo.
“Ella se cristalizó en esa vida cotidiana y viviría allí en esa casa para siempre. De repente, llega Guta (Julia Dalavia) en un 4x4. La escena es incluso emblemática, ella irrumpe en ese terreno en línea recta para cambiarlo todo. Cuando Bruaca descubre a la otra familia de Tenório, es como si su piso de concreto hubiera sido golpeado por un terremoto. Ella trata de contenerse, literalmente. Se apoya en los muebles, en la sexualidad. ¿Quién no conoce hasta cierto punto a alguien que está estancado? ¿Quién se detiene y piensa: ‘¿Esto es bueno para mí? ¿Por qué sigo aquí si esto ni siquiera es tan bueno?’. La gente se identifica con ella por eso”.
“Guta tiene una mirada de la fuerza de la juventud, de la voluntad de cambio. Nos vemos y pensamos que es hermoso, deslumbrante, pero no es así. Murilo y yo hablamos mucho sobre la construcción de esta pareja. Una cosa de la que hablamos fue su ritual de “abrir la cama” para meterse en la cama. Han estado haciendo esto durante 30 años. Es casi una coreografía que haces sin pensar. Dejar ir eso debe ser aterrador, es un paso hacia el abismo. Mi deseo es que todos logren dar este paso de corazón. El camino se hará. Pero es confuso, doloroso y triste”.