Según las investigaciones que se están realizando sobre el crimen, se presume que el responsable del hecho sería una persona mayor, puesto que una persona de su edad, difícilmente pueda propinar un golpe tan fuerte. Los forenses no detectaron ninguna otra herida, ni signos de resistencia, también descartaron agresión sexual.

La profesora de la víctima, Nidia Ocampos, comentó que la niña llegó a la institución acompañada de su hermano, pero al llamar la lista de asistencia, no se encontraba en el aula.

Sus compañeros preguntaron le al hermano por ella y este, sorprendido, comenzó a indagar sobre su paradero. Fue hasta la estancia, para saber si sus padres sabían algo. En ese momento se organizó un rastrillaje en la zona, con ayuda de padres y policías, hasta que hallaron el cadáver.

Fue vista por última vez debajo de un mango, detrás de la escuela, después de haber comprado galletitas de un local.

La maestra presume que la niña conocía a la persona que la llevó hasta la zona boscosa.

Por su parte Ramón Teófilo Peralta, padre de la menor, relató que sufrió amenazas por parte de hombres dedicados al abigeato en el departamento de Caaguazú. 

Peralta, quien es peón de una estancia dijo que las amenazas fueron de forma personal hace aproximadamente un mes. Igualmente señaló descreer que el asesinato tenga que ver con aquel hecho ya que la agresión verbal fue dirigida a todo el personal, no solamente a su persona. 

Visiblemente afectado, el trabajador dijo que deja el caso en manos de la Justicia.