Muchas personas fueron protagonistas de la visita del papa Juan Pablo II a Paraguay en el año 1988. Gonzalo Vargas, un ciudadano paraguayo, fue nada más y nada menos que el conductor del Papamóvil en esa memorable visita.
“Grande fue mi sorpresa y mi primer contacto con el Papa. Cuando en el aeropuerto el Papa subió al Papamóvil, se me puso la piel de gallina como se dice comúnmente. Este hombre tenía un imán muy especial. Fue una experiencia única y que la recordaré toda la vida”, sostiene Gonzalo.