Desde tempranas horas del viernes, una multitud formó un gran cordón humano, aguardando el momento de saludar al máximo representante católico.
Una multitud esperó emocionada al Papa Francisco. A lo largo de todo el cordón humano, desde el Aeropuerto Silvio Pettirossi hasta su llegada a la Nunciatura, se pudo observar el fervor de la gente.