En el segundo día de su primer viaje a Asia, el Santo Padre se reunión con las familias de las víctimas y algunos sobrevivientes de la tragedia, antes de iniciar una misa ante unas 50.000 personas en el estadio mundialista de la ciudad de Daejeon.

Cientos de árboles fueron adornados con cintas amarillas en la ciudad, recordando a las víctimas del hundimiento del transbordador Sewol, en su mayoría niños escolares.

Durante la homilía de la misa, el Sumo Pontífice instó a los oyentes a "luchar contra el encanto del materialismo que sofoca los auténticos valores espirituales y culturales y el espíritu de competencia desenfrenado que genera egoísmo y conflicto".

El papa dijo que ellos deberían ver a su fe como un "antídoto para el espíritu de desesperación que parece crecer como un cáncer en las sociedades que son ricas por el exterior, pero que suelen experimentar tristeza y vacío en el interior".

En lugar de volar en helicóptero como estaba previsto, el Papa Francisco viajó en un tren de alta velocidad, debido a la niebla que había en el área de Daejeon. Dos carros fueron reservados para la delegación papal y testigos dijeron que el Santo Padre saludó a otros pasajeros cuando llegó a la estación de Daejeon, a unos 140 kilómetros al sur de Seúl.

Francisco fue saludo en el estadio por una multitud alegre, con muchos luciendo sombreros de cartón con las palabras "Viva il Papa, Francesco!" y una imagen del pontífice. Algunos hicieron la figura de un corazón con sus brazos mientras las cámaras de televisión los enfocaban.

La Iglesia Católica ha estado creciendo con rapidez en Corea del Sur, duplicando su tamaño en los últimos 25 años hasta cerca de un 11 por ciento de la población, sumando unos 100.000 nuevos miembros cada año.

Fuente: Reuters.