3 de agosto de 2015
En el mundo en que vivimos, es cada vez mas imprescindible el uso del móvil. Tal es así que no lo dejamos ni a sol ni a sombra. Lo llevamos a cada lugar que nos trasladamos y si lo olvidamos, nos sentimos desnudos. No lo apagamos en ningún momento del día y dormimos con él en la mesilla de noche. Este hábito puede ser perjudicial para tu salud
Si eres de las miles de millones de persona que duermen con el teléfono al lado de su cama, esto podría estar causando muchos problemas (imperceptibles por el momento) en tu salud.
Las radiaciones que tienen los smartphones son realmente peligrosas y para nada aconsejables. Esto es así en cualquier momento del día, pero en las horas en que estamos durmiendo, puede conllevar a tener pesadillas, a no conciliar el sueño, a despertarse varias veces cada noche, etc. ¿La razón? Una alteración en el sistema de autorregulación de ciertos procesos, como por ejemplo, el del reloj biológico o los ritmos circadianos.
La Organización Mundial de la Salud ha indicado que los aparatos electrónicos en general (no sólo los móviles) son malos para el organismo y pueden aumentar las posibilidades de padecer cáncer. Tienen a su vez efectos tóxicos, que si bien muchos científicos no reconocen, lo que si hay que saber es que los teléfonos se basan en radiaciones ionizantes y longitudes de onda.
Más allá de tener el reloj despertador colocado en el móvil, es preciso apagarlo durante la noche. Porque por más de que no lo estemos usando, igualmente utiliza radiobases o radiofrecuencias. Esto quiere decir que los teléfonos están continuamente radiando ondas electromagnéticas a su entorno, no sólo cuando se está utilizando. Y colocarlo cerca de la cabeza al dormir, nos está “contagiando” de esas ondas que no nos hacen bien.
¿Cómo y dónde dejar el móvil al dormir?
Hay dos maneras: la primera es apagarlo y dejarlo en el lugar de siempre (en la mesilla de noche), siempre teniendo en cuenta que el despertador esté programado igualmente.
La segunda es dejarlo encendido pero dejándolo en una habitación lejana, como puede ser la cocina o la sala. Esta alternativa es menos recomendable. Y si no te sientes a gusto apagando el móvil por las dudas de que quieran comunicarse contigo en la madrugada ante una emergencia, puedes al menos apagar la conexión a Internet o el WiFi, que es más peligroso que las radiofrecuencias por dejarlo encendido. Los expertos indican que por lo menos el móvil debe estar a un metro de nuestro cuerpo mientras dormimos. Lo podemos dejar, por ejemplo, encima del sofá o de una silla.
Uno de los riesgos también relacionados a dejar el móvil en la mesilla de noche es que aumenta nuestros niveles de ansiedad, estamos vigilantes y expectantes de lo que ocurre a cada rato, nos despertamos en medio de la noche para chequear el correo o las redes sociales cada vez que nos llega una notificación, etc. Es un cambio en la conducta y en los hábitos que a la larga, trae como consecuencia estrés, insomnio.
Fuente: mejorconsalud.com