Una beba recién nacida que había sido arrojada por la tubería de un baño público en Beijing fue rescatada con vida por la Policía luego de algunas personas alertaran que desde adentro de un inodoro se oía el llanto de un bebé. 

"La cabeza de la bebé estaba hacia abajo y casi todo su cuerpo ya había caído en el desagüe", dijo Qian Feng, el policía que logró sacar del inodoro a la pequeña, según publica hoy el diario Beijing Times. 

El aberrante descubrimiento ocurrió el domingo después de que varios vecinos escucharan un llanto que salía del inodoro de un baño público. Llamaron a la Policía, que puso manos a la obra para salvarla. 

Las imágenes publicadas por la policía muestran cómo Qian, de cuclillas frente al inodoro saca a la beba agarrándola por las piernas con la mano derecha. Luego, las personas que estaban presentes ayudaron acercando toallas y mantas con las que proteger a la niña. 

Inmediatamente después fue trasladada al hospital, donde se encuentra desde entonces y cuyos signos vitales son relativamente estables, informó el diario local. 

De acuerdo con los informes policiales, se estima que fue la madre abandonó a la niña en el baño público, aunque la acusación no ha sido confirmada. 

El abandono de bebés es una práctica ilegal aunque común en China, sobre todo en grandes urbes industriales del país, donde trabajan madres solteras inmigrantes en duras condiciones laborales. Los casos se hicieron más frecuentes debido también a la severa política de hijo único impuesta por el Gobierno para regular la natalidad. 

La política del hijo único lleva a que cada año 10.000 niños sean abandonados en China. Las autoridades comunistas decidieron flexibilizar en 2013 las restricciones para frenar el envejecimiento del país. No obstante, sólo un millón de parejas solicitaron tener un segundo hijo en 2014, la mitad de lo que habían pronosticado las autoridades y una tendencia que aún no parece que vaya a invertirse. 

Fuente: Efe / Clarin.com