6 de agosto: nace Alexander Fleming, descubridor de la penicilina

6 de agosto de 2015

Hoy, 6 de agosto, se cumple un nuevo aniversario de unos de los científicos más influyentes de la medicina moderna: Alexander Fleming, célebre por haber sido quien inventó la penicilina.

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Alexander Fleming nació el 6 de agosto de 1881 en Lochfield, Gran Bretaña, en el seno de una familia campesina. Su carrera profesional estuvo dedicada a la investigación de las defensas del cuerpo humano contra las infecciones bacterianas. Su nombre está asociado a dos descubrimientos importantes: la lisozima y la penicilina. El segundo es, sin dudas, el más famoso y también el más importante desde un punto de vista práctico. La penicilina fue tal vez el gran descubrimiento de la historia de la medicina, una sustancia que fue llamada “el auténtico milagro”, por ser una droga que por fin podría curar a la gente de la mayoría de las infecciones conocidas en su época.

El descubrimiento de la penicilina, uno de los más importantes de la terapéutica moderna, tuvo su origen en una observación fortuita. En setiembre de 1928, durante un estudio sobre las mutaciones de colonias de estafilococos, Fleming comprobó que uno de los cultivos había sido contaminado por un microorganismo procedente del aire exterior identificado como penicillium notatum. Observando el comportamiento del cultivo, comprobó que alrededor de la zona de contaminación, los estafilococos se habían hecho transparentes, fenómeno que Fleming interpretó como efecto de una substancia antibacteriana segregada por el hongo. Una vez aislado este, Fleming puso de manifiesto las propiedades de dicha substancia. Así, comprobó que un caldo de cultivo puro del hongo adquiría, en pocos días, un considerable nivel de actividad antibacteriana. Realizó diversas experiencias destinadas a establecer el grado de susceptibilidad al caldo de una amplia gama de bacterias patógenas, observando que muchas de ellas resultaban rápidamente destruidas; inyectando el cultivo en conejos y ratones, demostró que era inocuo para los leucocitos, lo que constituía un índice fiable de que debía resultar inofensivo para las células animales.

Fleming publicó los resultados obtenidos en una memoria que hoy se considera un clásico en la materia, pero que por entonces no tuvo demasiada resonancia. Pese a que Fleming comprendió desde un principio la importancia del fenómeno de antibiosis que había descubierto, la penicilina tardó unos quince años en convertirse en el agente terapéutico de uso universal que había de llegar a ser. Uno de los factores más importantes que lo determinaron fue la inestabilidad de la penicilina, que convertía su purificación en un proceso excesivamente difícil para las técnicas químicas disponibles.

La solución del problema llegó con las investigaciones desarrolladas en Oxford por el equipo que dirigieron el patólogo australiano H. W. Florey y el químico alemán E. B. Chain, quienes realizaron estudios sistemáticos de las substancias antimicrobianas segregadas por los microorganismos. En 1941 se obtuvieron los primeros resultados satisfactorios con pacientes humanos. La situación de guerra determinó que se destinaran al desarrollo del producto recursos como para que, ya en 1944, todos los heridos graves de la batalla de Normandía pudiesen ser tratados con penicilina.

Con un cierto retraso, la fama alcanzó a Fleming, quien fue elegido miembro de la Royal Society en 1942, recibió el título de sir dos años más tarde y en 1945 compartió con Florey y Chain el premio Nobel.

Falleció en Londres, el 11 de marzo de 1955.

Fuente: ceibal.edu.uy

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